En Some Economies, Alejandro Sánchez trabaja de la mano de la pintura, el objeto y la instalación escultórica para hacer un paralelo entre la humanidad y los buques cargueros. Es así como los contenedores se convierten en un reflejo de los seres humanos y el barco de carga en una metáfora del viaje en el que estamos sumidos. Se trata de un proyecto plástico que reflexiona en torno a la influencia del comercio en la sociedad contemporánea por medio de cuatro series de obras cuyas significaciones se entretejen.
Si bien la idea del contenedor como aquella herramienta que permite el traslado de la mercancía de un punto a otro sigue latente, el artista lo interviene con el objetivo de darle un tinte irónico. En Sobrecupo se presenta el contenedor que termina contenido por su carga; el contenedor que transporta barcos sumergidos en aguas turbias, como si se tratase de un mundo alterado, y el contenedor que transporta tierra a manera de cemento. Este acercamiento a lo absurdo cuestiona la relación entre la economía y la sociedad al poner en evidencia la inutilidad del objeto una vez sacado de su contexto inmediato.
En la serie Andes, el artista toma como referencia algunos paisajes de la cordillera de Los Andes, en donde las laderas repletas de minerales son compradas por empresas de carga para luego ser explotadas con fines económicos. Estas pinturas hacen alusión a la explotación y comercialización de los recursos naturales, para mostrar que los territorios están siendo desplazados como resultado de un contrato mercantil.
En medio de este juego existe lo que no se ve. Los paisajes marcados con números IC, referentes a International Container, indican qué país audita el contenedor y, por lo mismo, a quién le pertenece cada uno de los territorios representados. Y es que esta marca de agua es, precisamente, un mecanismo para poner de manifiesto el traslado y comercialización de los minerales propios de estos terrenos, y por consiguiente, de abrirle los ojos al público frente a una problemática que ejerce una influencia directa en nuestra forma de vida.
Escrito por: María Fernanda Mancera
Fotos: Cortesía Alejandro Sánchez Suárez