20 febrero 2012

El alemán Gerhard Richter celebra sus 80 años con una retrospectiva

El alemán Gerhard Richter celebra sus 80 años con una retrospectiva



Berlín, 7 feb (dpa) - Gerhard Richter, uno de los mayores pintores alemanes del siglo XX, cumple 80 años y asegura que ni le interesa su fama ni sorprender a nadie, ni que coleccionistas de todo el mundo paguen millones por sus pinturas.

Tres días después de su cumpleaños, el 9 de febrero, la Neue Nationalgalerie de Berlín brindará al gran pintor sajón un homenaje antológico: "Gerhard Richter Panorama".

Sería "un magnífico recorrido por todas sus etapas, que los comisarios han trabajado para seleccionar con el propio Richter", dijo a dpa el presidente de la Fundación Cultural Prusiana, Hermann Parzinger.

La muestra de 150 obras abarca todos sus períodos creativos, explicó el responsable de la gran institución: los años formativos en Dresde, el periodo de 1961 a 1964 en la Academia de Düsseldorf, su asentamiento como artista en los años siguientes y la exploración del abstracto a partir de los 70.

Richter vivió en los años 80 su despegue internacional y en los 90 se consolidó como el mayor pintor vivo de la segunda mitad del siglo, aunque la crítica no dejó por ello de percibir su sutil y continua evolución hasta hoy.



"Es un artista de otra dimensión", explica Parzinger. "Ha formado a todo el arte alemán del último medio siglo". Y revela que una obra desconocida, pintada por Richter con más de 5.000 colores y en un lienzo de dos metros de largo, recorrerá la exposición.

Para Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen de Madrid, Richter "es un coloso inabarcable". "Lo que fascina es su variedad: no es un solo artista, es una legión", dijo en conversación telefónica con dpa. No sólo estaría en el origen de un arte pop europeo, sino que, para el experto, "es el gran renovador de la pintura abstracta".

Richter no se siente cómodo con los actos que se avecinan: "Lo que me resulta desagradable de estas ocasiones es las personas alrededor repitiendo lo magnífica que es la exposición", dice al diario "Welt am Sonntag".

Aun menos atención presta al aplauso público: "Intento ni fijarme", aseguró prefiriendo "el mero saludo decoroso". El director del Thyssen no se extraña: "Richter es un artista muy serio, lo que es raro en una época postmoderna".

El pintor de Dresde visitará su exposición con su famila en su propio cumpleaños, antes de la presentación. Los coleccionistas que pagaron millones por sus cuadros no le interesan. Y tener que ver sus casas y "dónde han colgado" su obra le resultaría "un calvario".

El arte es para él "la forma más alta de esperanza", la "pura realización del sentido religioso". "Dibujarnos una impresión de las cosas es lo que nos hace humanos", consideró.


Que los precios de su obra alcancen montos millonarios lo contempla con la "irrealidad" y "repugnancia" de cuantos pagaran cifras similares "por casas, joyas o yates", dijo en la prensa.

El pintor, que logró sobreponerse al mandato del realismo socialista para ser figurativo antes de pasar al oeste y descubrir el constructivismo y la abstracción, considera con todo que al menos el precio de un cuadro sería "una inversión más racional".

Richter concede que la calidad de un cuadro sigue siendo para él "un misterio". De hecho cree que "no hay un vocabulario adecuado para hablar del arte, es más fácil con la música". Apunta que de alguien se puede decir que "es poco musical" o carece de oído: "Pero ¿cómo llamamos al que no sabe mirar? No hay equivalente".
Hace diez años, Robert Storr montó para el MoMA de Nueva York una gran retrospectiva, bajo el título de "Richter: 40 años de pintura", y que luego viajó a Chicago, San Francisco y Washington.

El recorrido de Richter, que posee una veintena de premios alemanes e internacionales y es miembro honorario de la American Academy of Arts and Letters, parte de un seguimiento figurativo y casi fotográfico de la naturaleza.

En Düsseldorf, donde logró su primera exposición personal en 1964, descubriría el expresionismo abstracto y una variante del pop art que, con compañeros como Sigmar Polke, calificaron como "realismo capitalista", en contraposición al dictado del Este.

El constructivismo lo llevó a un trabajo más teórico, con tablas de color, paneles de vidrio y espejos y realizó numerosos retratos. A partir de 1976, su visión se volvió abstracta, a excepción de sus paisajes y bodegones.

En conversación con dpa, el director del Archivo Richter, Dietmar Elger, defiende la técnica de un copiado casi fotográfico de motivos banales, tan particular al pintor. Reconoce una impresión fría en su pintura.

"Richter siempre se ha mostrado contra la emocionalidad del expresionismo abstracto, en el que siempre sintió como si se intentara trasladar el alma del pintor al lienzo. Eso no correspondía con su carácter y, bien al contrario, ha buscado pintar excluyendo toda expresión de su estado de ánimo".

Superficies grises y estriadas, o colores desordenados casualmente describirían, más que una psique, "conceptos como distancia, neutralidad o azar".

Por Ramiro Villapadierna (dpa) PERIODICO EL PAIS.